La llegada de la pandemia del Covid-19 ha supuesto un punto de inflexión para todo el mundo, ya que el virus se ha propagado rápidamente por todo el planeta, matando a cientos de miles de personas, infectando a millones y paralizando la economía de prácticamente todos los países del mundo. Algo minúsculo, invisible a nuestros ojos, que es capaz de provocar tal destrozo, es sin duda algo a tener en cuenta. A lo largo de la historia ha habido muchísimas epidemias que han puesto en jaque a la población, desde la peste negra en Europa hasta la llamada gripe española, a principios del siglo XX. Sin embargo, ninguna epidemia ha sido tan global y se ha desatado por tantos países como la que estamos sufriendo actualmente.

Este tipo de enfermedades suelen ser muy perjudiciales para el ser humano, ya que son devastadoras con su sistema inmunológico y sus defensas. Al ser normalmente transmitidas a través de animales, a nuestro organismo le cuesta luchar contra ellas. Por eso siempre se extreman las precauciones para intentar evitar que estas epidemias vayan a más. No es la primera con la que nos tenemos que enfrentar, y por eso también conocemos un poco mejor cómo funcionan, aunque cada cual es un mundo y hay que estudiarla detenidamente. El ser humano lleva siglos conviviendo con este tipo de enfermedades, en muchas ocasiones transmitidas por los animales, y una de las más peligrosas y temidas es precisamente la rabia.

Qué es la rabia y cuál es su origen

Hablamos de rabia cuando nos referimos a un virus de carácter mortal y muy peligroso que se transmite de animales a humanos, y que afecta directamente a nuestro sistema nervioso, siendo devastador en la mayoría de casos si no hay vacuna de por medio. El virus de la rabia está hoy por hoy extendido por todo el mundo, y afecta a los mamíferos, tanto humanos como animales. Es por eso que el virus se puede transmitir de unos a otros con suma facilidad, especialmente en entornos poco salubres, con animales salvajes que no estén tan cuidados. El virus ataca directamente a nuestro sistema nervioso y puede provocar una encefalitis en nuestro cerebro si no se trata adecuadamente. Su mortalidad es cercana al 100%, por eso es uno de los más peligrosos que se conocen, y siempre se extreman las precauciones para evitar cogerlo.

La rabia en perros y otros animales

A diferencia de otros virus o enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos, como fue el caso de la peste hace siglos, hoy por hoy el contacto de humanos y animales es mucho más reducido. De hecho, la mayoría de humanos solo tiene contacto con sus mascotas, ya sean perros o gatos, en la mayor parte del tiempo. Esto es, sin embargo, algo también peligroso porque dichos animales no están exentos de poder contraer ese virus, incluso cuando se les vacune. Hay que tener mucho cuidado a la hora de tratarlos, y también de acercarnos a los que están en la calle, ya que una mordedura o un simple arañazo de estos animales pueden hacernos contraer esta peligrosa enfermedad. La rabia es demoledora tanto en ellos como en los humanos, aunque por fortuna tiene síntomas evidentes que hacen que sepamos, a un primer vistazo, si ese animal puede tenerla o no, y así poder extremar las precauciones.

La rabia en humanos

La rabia se transmite a los seres humanos a través de animales infectados, por una mordedura o incluso también por un arañazo. Hay teorías que apuntan a que también se puede transmitir entre seres humanos, pero eso están todavía por confirmar. Hay lugares más peligrosos que otros en los que podemos contraer dicha enfermedad, ya que dependerá también del tipo de animales de los que vayamos a estar rodeados. La principal preocupación es que la rabia funciona de una manera letal en nuestro organismo, atacando directamente al sistema nervioso y provocándonos un rápido empeoramiento si no se trata con antelación. Es igualmente preocupante el hecho de que no se pueda saber si estamos contagiados o no hasta empezar con los primeros síntomas, y eso resta bastante tiempo de tratamiento. De ahí que muchas veces, incluso por pura precaución, cualquier persona mordida por un animal sospechoso debe acudir al médico para tratarse.

Síntomas de la rabia

Podemos destacar numerosos síntomas de la rabia en los animales, aunque por encima de todos hay tres: un nerviosismo más que evidente, los ojos inyectados en sangre y una baba excesiva en la boca, que además es peligrosa ya que el virus se transmite a través de la saliva. Si nos vamos a los síntomas humanos, la fiebre suele ser el primero que llama la atención, como en tantas otras enfermedades. El cuerpo sabe que tiene algo malo en su organismo y trata de elevar la temperatura de forma natural para eliminar ese intruso. Es habitual también que se de un enrojecimiento de la parte afectada donde se nos ha arañado o mordido, y los dolores de cabeza no tardan en aparecer. Las náuseas también son comunes, y todo ello nos lleva a sentir un malestar general que es el cuadro clínico definitivo para acudir al médico y que nos hagan las pruebas para comprobar si estamos o no infectados.

¿La rabia tiene cura?

Al ser una enfermedad tan peligrosa, los expertos aconsejan tomar precauciones, tanto a la hora de inmunizarnos a través de las vacunas, que suelen ser bastante efectivas, como a la hora de alejarnos de animales salvajes que sean sospechosos de transmitir este virus. En caso de que hayamos sido infectados tampoco hay que dejarse llevar por el pánico. Una limpieza a fondo de la mordedura suele ser el primer paso, antes de acudir incluso al médico. Allí, comentándole la situación, seguramente se nos suministre una dosis de inmunoblobulina antirrábica humana, que viene a ser como una vacuna “a posteriori” para impedir la expansión del virus por todo el cuerpo y sobre todo, su ataque hacia nuestro sistema neurológico, que podría tener consecuencias desastrosas. Con el tratamiento adecuado, la gran mayoría de infectados suele pasar la enfermedad rápidamente.