La prostitución como alternativa en las mujeres inmigrantes
- Cultura
La cultura no es algo que se mantenga fijo e inamovible, aunque muchos así lo piensen. Claro que hay mucho de tradición, de propia experiencia, en lo que conocemos como la cultura de cada lugar. Sin embargo, los flujos sociales y culturales provocan cambios importantes en las formas de vivir y entender el entorno. En las últimas décadas lo estamos comprobando con la tecnología y sobre todo, con Internet. Si el mundo ya caminaba hacia un globalismo absoluto después de las dos guerras mundiales, Internet ha acelerado ese proceso a la velocidad de la luz. Las fronteras ya no existen, sobre todo para los pagos y las transacciones monetarias. Hoy podemos hacer una compra a un pintor que trabaja por libre en Nueva Zelanda, desde nuestro hogar en Madrid. Podemos contactar con un diseñador web de Turquía desde México. Ese flujo cultural, aunque sigue siendo desequilibrado, es más constante que nunca.
Lo más curioso de todo es que en una época donde la información y los datos fluyen de manera totalmente libre, las fronteras físicas se hagan más patentes. Los países están controlando aún más sus territorios, especialmente en ciertas zonas tradicionalmente problemáticas, como la frontera de México con Estados Unidos. El sur de Europa sigue atrayendo a muchísimas embarcaciones procedentes del Norte de África, en viajes que muchas veces acaban en tragedia. En otras muchas ocasiones, las mujeres y hombres de países poco desarrollados ahorran lo que pueden para mudarse a lugares mejores, aunque lo que allí se encuentren no sea precisamente un paraíso. La inmigración es acogida en casi todos los países del mundo, pero la mayoría de la población mira a los inmigrantes con recelo. Vienen de fuera, son diferentes, hablan distinto… incluso puede que nos quiten el trabajo. Es una visión xenófoba que por desgracia todavía se mantiene, y que conlleva la marginación habitual de estos colectivos. Las mujeres inmigrantes tratan de encontrar trabajo realizando aquellas funciones que las locales no desean, como el cuidado de mayores o la limpieza. Sin embargo, en muchos casos terminan sucumbiendo a la prostitución como único medio de subsistencia en aquellos países.