Publicado el 28 septiembre, 2023 por Xavier Surrá

La prostitución como alternativa en las mujeres inmigrantes

La cultura no es algo que se mantenga fijo e inamovible, aunque muchos así lo piensen. Claro que hay mucho de tradición, de propia experiencia, en lo que conocemos como la cultura de cada lugar. Sin embargo, los flujos sociales y culturales provocan cambios importantes en las formas de vivir y entender el entorno. En las últimas décadas lo estamos comprobando con la tecnología y sobre todo, con Internet. Si el mundo ya caminaba hacia un globalismo absoluto después de las dos guerras mundiales, Internet ha acelerado ese proceso a la velocidad de la luz. Las fronteras ya no existen, sobre todo para los pagos y las transacciones monetarias. Hoy podemos hacer una compra a un pintor que trabaja por libre en Nueva Zelanda, desde nuestro hogar en Madrid. Podemos contactar con un diseñador web de Turquía desde México. Ese flujo cultural, aunque sigue siendo desequilibrado, es más constante que nunca.

Lo más curioso de todo es que en una época donde la información y los datos fluyen de manera totalmente libre, las fronteras físicas se hagan  más patentes. Los países están controlando aún más sus territorios, especialmente en ciertas zonas tradicionalmente problemáticas, como la frontera de México con Estados Unidos. El sur de Europa sigue atrayendo a muchísimas embarcaciones procedentes del Norte de África, en viajes que muchas veces acaban en tragedia. En otras muchas ocasiones, las mujeres y hombres de países poco desarrollados ahorran lo que pueden para mudarse a lugares mejores, aunque lo que allí se encuentren no sea precisamente un paraíso. La inmigración es acogida en casi todos los países del mundo, pero la mayoría de la población mira a los inmigrantes con recelo. Vienen de fuera, son diferentes, hablan distinto… incluso puede que nos quiten el trabajo. Es una visión xenófoba que por desgracia todavía se mantiene, y que conlleva la marginación habitual de estos colectivos. Las mujeres inmigrantes tratan de encontrar trabajo realizando aquellas funciones que las locales no desean, como el cuidado de mayores o la limpieza. Sin embargo, en muchos casos terminan sucumbiendo a la prostitución como único medio de subsistencia en aquellos países.

Publicado el 20 octubre, 2021 por Xavier Surrá

La prostitución en la cultura musulmana

A pesar de que las tres principales religiones occidentales surgen del mismo punto, el profeta Abraham, hoy por hoy las diferencias entre ellas son más que notables. A lo largo de los últimos dos mil años, el judaísmo, el islamismo y el cristianismo han ido evolucionando y tomando caminos muy diferentes. De hecho, en muchas ocasiones se han enfrentado entre ellas, por motivos religiosos o como fórmula para acabar con aquellos “infieles” en determinados territorios. Las propias religiones han tenido sus escisiones, y dentro del cristianismo hoy encontramos numerosas ramas que también se diferencian bastante entre sí. Ocurre lo mismo en el judaísmo, y también en el Islam, donde hay dos grandes corrientes principales. Por un lado están los chiíes, que durante mucho tiempo han gobernado en Oriento Próximo y Medio. Por otro lado, los suníes, que son mayoría, y pueblan casi toda África y buena parte de Asia.

También ha habido guerra entre estas dos facciones, que a pesar de reconocer a Mahoma como profeta y al Corán como libro sagrado, interpretan estas escrituras de una forma diferente. Suníes y chiíes llevan siglos enfrentándose en los territorios que controlan, tomando el poder de forma violenta en muchas ocasiones, e imponiendo su teocracia en determinados países. Y hay algo especialmente curioso que los diferencia: la visión que tienen sobre la prostitución. De hecho, la diferencia entre ambos bandos se hizo notable con la llegada de los chiitas al poder en Irán, en 1978, donde se propuso revitalizar el concepto de Shigeh, por el cual los hombres podrían contratar a prostitutas y pagar por sus servicios sexuales. Los suníes, sin embargo, se muestran en contra por completo de este método, y afirman que el mismísimo Mahoma lo prohibió, optando por el concubinato y la poligamia. Dos visiones muy diferentes dentro de una misma cultural, la musulmana, que en muchas ocasiones se nos muestra como arcaica y totalmente misógina incluso para nuestros días.

Publicado el 25 noviembre, 2020 por Xavier Surrá

Teatro romano de Cádiz, una visita obligatoria

Cádiz es una de las ciudades con más historia del Viejo Continente, una preciosa villa que ha crecido orientada al Atlántico durante más de tres mil años, funcionando como puerto en muchas ocasiones, generando todo tipo de comercio y afluencia de personas durante toda su historia. Ubicada en el sur de España, siendo de hecho la provincia más meridional de la península, a tan solo unos pocos kilómetros de la costa de Marruecos, Cádiz cuenta en su territorio con pueblos y ciudades de mayor o menor magnitud, pero con un encanto especial en todas ellas. Sus playas son reconocidas en todo el  país, su sierra es visitada por muchos turistas en todas las épocas del año, y ciudades como Algeciras, Cádiz o Jerez de la Frontera suponen núcleos urbanos muy importantes en el sur de Europa.

La propia capital de la provincia, la antigua Gades romana, es una ciudad con más de 3.000 años de historia por la que han pasado buena parte de las civilizaciones que han llegado a Europa. A pesar de su pequeño tamaño, por el que se le conoce como Tacita de Plata, Cádiz se ha convertido en una ciudad con una historia absolutamente fascinante, además de ser una de las principales bazas culturales de toda Andalucía, sacando a la luz artistas en todos los ramos, desde el flamenco al cine, pasando por el Carnaval, una de sus principales señas de identidad, y terminando por la pintura y la escritura. Algo hay de especial en Cádiz, desde luego, y todavía queda mucho por descubrir en una ciudad que tiene ocultos secretos como el Teatro Romano, que hasta hace cuarenta años se mantenía bajo la superficie del barrio del Pópulo, como una joya enterrada a la esperada de que alguien la sacase a la luz.

Publicado el 8 abril, 2019 por Xavier Surrá

Premios Nobel: un reconocimiento a las contribuciones más notables a la humanidad

Seguramente alguna vez has escuchado hablar sobre los Premios Nobel, esos galardones que reconocen la labor de numerosos científicos, artistas y personas con conducta muy diplomática que desarrollan un trabajo con el fin de mejorar aspectos fundamentales de la humanidad. Esta, es sin duda una entrega de premios muy prestigiosa que contempla aspectos de la ciencia y otras disciplinas en seis categorías como la física, la química, la literatura, la medicina, la economía y la paz del mundo.

Estos premios se instauraron en el año 1895 como la última voluntad del ingeniero Alfred Nobel, y es que, este se enriqueció gracias a su invención de la dinamita pero al ver el uso que se le estaba dando a su invento en confrontaciones, decidió donar su fortuna para la creación de unos premios para aquellas personas que hayan realizado un trabajo filantrópico, sin importar su nacionalidad sino que realmente hayan sido los más destacados en sus disciplinas y fueran los verdaderos merecedores del premio.