Muchas veces cuando hablamos de Saturno, el sexto planeta de nuestro sistema solar, lo primero que nos viene a la mente son sus espectaculares anillos y pensamos que siempre han estado allí engalanándolo. Pero según los últimos estudios que se han realizado con sondas espaciales que se han acercado hasta estas estructuras tan impresionantes, podría decirse que son un elemento que viene acompañando al planeta desde aproximadamente unos cien millones de años. Saturno que se formó hace 4.500 millones de años junto con el sistema solar, por lo que prácticamente toda su vida ha estado sin anillos, algo que nos parece muy curioso.

Incluso muchos expertos dicen que los anillos se encuentran en casi la mitad de su vida, ya que la evidencia recogida por los investigadores ha demostrado que la gravedad de Saturno está arrastrando a los anillos hacia él en forma de lluvia de partículas, por lo que se estima que en unos 300 millones de años podrían desaparecer del todo.

¿Cómo nos enteramos de su existencia?

En el año 1610 el astrónomo Galileo Galilei dirigió su telescopio hacia Saturno, uno de los planetas que más llamaba su atención. Fue en ese momento cuando observó unas estructuras borrosas que se asemejaban a unas asas, por lo que inicialmente pensó que se trataba de dos satélites muy próximos al planeta. Poco a poco fue cambiando su opinión ya que estos supuestos satélites no cambiaban su posición con respecto a Saturno de una noche a la siguiente, y dos años más tarde desaparecieron.

Gracias a la información recabada por Galilei la apariencia de este planeta se convirtió en todo un enigma que muchos astrónomos quisieron conocer. Para el año 1659, Christiaan Huygens ofreció una explicación en la que decía que Saturno está rodeado por un anillo plano y delgado, algo que quedó demostrado hace algunos años.

Sus posibles orígenes y composición

Con el descubrimiento de que los anillos de Saturno no han estado allí desde que nació el planeta, han surgido innumerables teorías de como estos se originaron. Una de las más famosas es que estas estructuras pudieron formarse cuando unas pequeñas lunas heladas que orbitaban a su alrededor chocaron, siendo perturbadas por la gravitación de algún asteroide.

Estas teorías fueron capaces de explicar el porque estos anillos están compuestos en más de un 90 % de partículas de hielo de agua que varían en tamaño, aunque también se dice que contienen metano, amoniaco, carbono y nitrógeno.

Pioneer 11: la primera sonda en fotografiarlos

La primera vez que se obtuvo una fotografía a corta distancia de Saturno fue en el año 1979, gracias a la sonda espacial de la NASA Pioneer 11. Gracias a estas imágenes se pudo corroborar lo que después de tantos años se venía apreciando, y eran sus maravillosos anillos. A partir de allí se pudo comprobar cuatro zonas bastante diferenciadas de anillos, además de que se pudo observar con mayor detalle la llamada División de Cassini entre unos de sus anillos. Las fotografías de la sonda permitieron ver cuales eran las zonas más débiles y por ende más difíciles de ver a gran distancia.

Lluvia de anillos, el fenómeno descubierto por las sondas Voyager

Las sondas espaciales gemelas Voyager número 1 y 2 fueron enviadas a Saturno para seguir el estudio de este gran planeta gaseoso y sus anillos, algo que sirvió para descubrir la composición de los anillos, ya que la información arrojó que están formados por una multitud de porciones de hielo y que estos se estaban precipitando poco a poco hacia el planeta. Otro de los grandes descubrimientos fueron los datos sobre la atmósfera de Saturno y la información de su satélite más grande llamado Titán.

Cassini y su misión orbitando Saturno

Luego de las sondas gemelas, la NASA en conjunto con la Agencia Espacial Europea decidieron emprender un nuevo proyecto para instalar en la órbita del planeta una nave a la que denominaron Cassini. Para el año 2004 la sonda alcanzó su objetivo y durante 13 años logró enviar información de calidad sobre el planeta y sus anillos. Cassini ha sido la primera sonda en adentrarse en el espacio que existe entre el planeta y sus anillos, logrando captar imágenes de las partículas de hielo y de las capas más externas de la atmósfera del planeta.